domingo, 28 de febrero de 2010

Fidelidad (bis)

49

Parece que fue a algún concurso poético de los años setenta (suficiente atrevimiento el mío ¿que me sirvió de lapidación pa los restos?) parte de este libro. Y entre ello este poema “Fidelidad” con un añadido que en la 1ª versión aquí expuesta carecía. En mi diario en red “Intensa necesidad de Verdad poética” figura él entero, con alguna variación, tal como ahora aquí le dejo:

Fidelidad
Rojo corazón
batiendo a perlas,
dedos de un color
de sol hirviente
poniente.

Mi forja,
dedos dientes de metal,
oro es de orfebre para el pacto,
jurando,
sobre el corazón la mano puesta,
caballero justo,
sobre el rojo manto.

«El caballero de la mano en el pecho»
¿Era una mujer?
Ya que se ha reconocido que La Gioconda lo es:
el varón que la pintó,
el mágico Leonardo ...
Estoy pensando en Ortega
su «Meditación del marco».
Jugaba el gran filósofo a enfrentar
los dos retratos enigmas
en las paredes de su cuarto.
¿Era una mujer?
La Fidelidad lo es.

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