Bárbaros ignorantes, sí

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Bárbaros ignorantes, sí,
del Universo eterno inacabable somos.
Y sobre todo,
desconocedores los más absurdos
totales burdos
del alma,
con todas nuestras ciencias del espíritu
a cuestas y a vueltas.
¡Qué no habrá que ella no oculte!
a los listos que creen descifrarla,
tanto como a los memos que pretenden olvidarla,
o a los que buscando desnudarla
qué poquito la alcanzan con su afán violador.

Así podemos estarnos siempre
sin alcanzar siquiera ni sus puertas
¿Arribando a ellas?
Arrimados a nuestra necedad.

¿Qué no habrá que no vele
a quién al que no ciegue?
Su brillo no es para visto en este mundo.
No hay ojos que puedan remontarla.

¿De dónde naces alma,
dónde naces,
de qué, tan lejos vienes y tan honda;
y por qué aquí metida aquí perdida
donde no corresponde a tu linaje,
donde se te deshonra
en este vasallaje
de darte y despojarte en la carne y el pan?
¡¿Desperdiciarte así, desperdiciarte?!
¡¿Destruirte tú por estos huesos?!
¡No alma ¡No!
Niégate y vuelve a tu mansión alcurnia;
no dejes que esto ocurra.
¡No ¡No ¡No!
Devuélvete a tu lirio.
Se el Amor;
nada más.
Nada más que el Amor.
En otros valles
donde puedan dejarte
sin obligarte a ir de defunción en defunción,
espectro,
con tu óbito inmenso siempre a cuestas;
esperpento
de representación en representación,
comedias.
Tú, la más bella obra,
vistiendo los andrajos de un cualquiera papel.
¡Niégate ¡Niégate!
Devuélvete a tu lirio
en el calor primigenio
el color que te hizo
......................Devuélvete

(A Alejandra Pizarnik otra vez. Un alma que tuvo las agallas para devolverse.
De tu cobarde, y jamás se lo supo ni ella misma, discípula, a la que todavía revuelcan por estos barros, que ni barrios de lo andurriales)