martes, 9 de marzo de 2010

El hombre apacienta un rebaño de diamantes

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(Poema 2010-03-01 a canción onírica venida desde el lejano 1964)

Canción onírica 1964
El hombre apacienta
un rebaño de diamantes,
lo pulimenta
y le da de comer.
Y el hombre muere
y su rebaño aumenta.

Poema a esta canción dedicado, en marzo y 2010
Y le da de comer su sangre:
Eso es lo que no me cantó el sueño
versificando por mi vigilia.

Y para no morir del silencio que le decretaron,
esta mujer que habla castellano
por la red esparce sus diamantes,
apacienta sus rebaños de versos,
que de su propia sangre alimenta,
sigue alimentando....

Aunque entran ganas de despellejar a no se sabe quiénes
“poesía” “cultura” de este país,
¡de todos los países de habla hispana!,
hable el inglés por su lengua
como mi castellano por la suya;
hable el francés;
¡hablen todos!,
POR FIN HABLEN TODOS.

Entran ganas de despellejar:
poner a apacentar rebaños
que de su propia sangre alimenten
a cuantos hicieron y continúan
de la cultura ese bien de unos pocos,
de ellos claramente,
profesión remuneración para ésos
sean los más capacitados o no,
hayan de significar algo o no
para las futuras generaciones.
Desde luego que el silencio que decretaron
a nuestras dotes,
¿cuántas posibilidades deja
a que mi voz signifique algo?
Mas nos gustaría echar una panorámica-
máquina del tiempo
sobre esos 200 años en el futuro,
si es que a la humanidad le queda eso,
todos los cultos y dirigentes del mundo
dejan que llegue hasta ahí
con aquello de la cultura y el poder
como algo exclusivamente suyo;
me gustaría, para ver quién queda,
quiénes quedan,
quiénes son recordados y cómo.

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